Pocos son los hombres que saben la existencia de los orbes,
poderosas armas creadas por los dioses
terminantemente prohibidas para cualquier mortal.

Sin embargo, el aparente equilibrio pactado
entre las divinidades se ve amenazado cuando
vuelve a despertar el ser que fue más poderoso que los dioses.

En un mundo donde han regresado los
tribales rituales de sangre, los dioses se ahogan en su propia sed de poder y
los hombres se dejan engañar por sus propias mentiras,
la muerte resurge como única forma de salvación…

La última Era de los Elementales comienza
esta noche, en la que una joven amnésica despierta de un sueño olvidado para
adentrarse en otro repleto de horrores.

Maldecida por su codicia olvidada, el
lenguaje de la magia parece volverse en su contra.

Sólo los ecos de su pasado
conocen su sino; pero únicamente ella decidirá si lo alcanzará a través del
camino de la sabiduría y la fuerza… o de
la envidia y la demencia.


Ecos del pasado I: La danza del fuego

martes, 3 de noviembre de 2015

¡Continuación del primer capítulo!

¿Qué le sucederá a la joven amnésica? ¿Saldrá de este atolladero?


De nuevo, os doy la bienvenida para los nuevos, y las gracias a todos por estar aquí interesados en Ecos del pasado, con ganas de saber un poco más sobre lo que trata esta historia, y ver hasta dónde llega :)

Disfrutad de la lectura de Ecos del pasado :)


1. Vacía (3º parte)



La joven empezaba a hartarse de caminar sin dar cuenta aún del lugar en el que se hallaba. Llevaba ya al menos media hora, y el paisaje seguía siendo igual de monótono, con sus eternos y aburridos árboles altos y frondosos. 
  «Al menos ya no llueve ni hace tanto frío», pensó a modo de consuelo. Y sobre todo, no había tenido encuentros desagradables. Era de noche y estaba en un bosque, por lo que era de esperar que apareciera algún terrorífico monstruo —o al menos un lobo— con los dientes como sierras a punto para saltar sobre ella y devorarla sin piedad ni escrúpulos. 
  A la vez que esto la tranquilizaba, también la inquietaba. Pues al igual que no había encontrado bestias infernales, nada que pudiese definirse como ser vivo rondaba por los parajes. Era como si aquel bosque careciera de vida, como un pálido óleo; solo árboles rígidos que apenas se mecían con la suave brisa nocturna. Estaba todo demasiado tranquilo. Antes, con el retintín de la lluvia no pudo apreciarlo, pero ahora se daba cuenta de ello. Un escalofrío le recorrió toda la columna, y se abrazó instintivamente, mirando a todos los lados por si aparecía algo sorpresivamente de algún rincón oscuro. A todos los lados menos donde pisaba. 
  Tropezó y cayó rodando repentinamente por una cuesta, chocándose contra varios arbustos y rocas, como si se hubiesen puesto todos en fila esperando a que apareciera ella para darse contra ellos. 
  Rodó hasta llegar al borde de un camino llano, con un abrupto golpe en el brazo al toparse con el terreno. Ni el dolor ni el sonido producido por el brazo al impactar contra el suelo fueron agradables, pero ni se paró un instante antes de levantarse y seguir. 
  Y entonces, divisó la casa. Una casa en medio del bosque, un sitio acogedor. O no. Con la suerte que tenía, seguramente fuera el refugio de algún perturbado o de un asesino dispuesto a hacerla picadillo para después devorarla o echarla a los famosos lobos que antes temía que aparecieran.
  Se detuvo unos minutos, sopesando opciones a la vez que jadeaba con fuerza intentado con todas sus fuerzas controlar sus espasmos a causa de su cuerpo calado, y acabó por concluir que lo mejor era arriesgarse y esperar que quien habitara en aquella casa fuera una bondadosa anciana que la esperaba con una cena calentita, un baño calentito y una cama calentita. Todo calentito, pues en ese momento estaba helada de pies a cabeza. 
  Se dirigió pues allá, cojeando de un pie, con un brazo encogido de dolor, y un buen par de moratones, sorbiéndose los mocos como una niña perdida. Pero al menos ya no lloraba, por lo que, para ella, la dignidad estaba a salvo.





Avanzamos un poco más con la chica del bosque, la cual está completamente desorientada... ¿adónde le conducirá esa casa? ¿Será amiga o enemiga? 

¡No os perdáis la continuación de Ecos del pasado!

¡Un saludo desde Lon'thara!

2 comentarios :

  1. Tenía la intuición de que habría una nueva partida sobre la chica amnésica y no me equivocaba. Si el personaje de Derek brilla por la presencia de detalles, por su carácter definido y por su magia; entonces esta chica es todo lo contrario. Mientras que de Derek se sabe todo desde el comienzo, de esta chica solo se sabe que ha perdido la memoria y lo que siente, nada más. Eso es un buen punto, el personaje de la chica me provoca mucha curiosidad.

    Tampoco se me ha escapado el detalle del bosque, un bosque en el que no hay ninguna forma de vida es como mínimo espeluznante. Lo has descrito de una forma que es fácil imaginárselo: un bosque oscuro, silencioso, sin ningún rastro de vida, azotado por el viento frío. Me preguntó que le ocurrirá a la chica y quién habrá en la casa. Una vez más estoy gratamente sorprendido y he disfrutado de la lectura, ¡magnífico trabajo, Leila!

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    1. Quería decir parte, pero por alguna razón puse partida xD

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